Creo que en ninguna época de mi vida he llegado a llorar tanto. Temo secarme. Me puse mis pendientes de bolas, pero ni me di cuenta.
Cuando las dos Nanas viven dentro de ti no sabes cuando escoger una u otra. De hecho, sueles ser la equivocada en los momentos más cruciales. ¿Firme? ¿Alocada? ¿Realista? ¿Soñadora? No hay maldad en ninguna, pero una mezcla de las dos acaba por llevar a incongruencias e incompatibilidades. Y a la locura. O hacen un pacto entre ellas o se destrozarán la vida la una a la otra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario