Dime, buen hombre
¿A quién buscas?
Al que obra milagros
Siéntate y espera
Se sentó y esperó
Y sus huesos se calcinaron al sol
Dime, mortal
¿A quién adoras?
Al Salvador
Entrégale tu alma
Entregó su alma
Y ésta se disolvió en la nada
Dime, amigo
¿Por qué sufres?
Por el amor de mi Señor
Llóralo entonces
Hasta sangre lloró
Y la amargura lo hundió en su seno
Dime, compadre
¿Qué deseas?
La inspiración divina
Escúchala entonces
En silencio esperó hasta escucharla
Y en silencio quedó de por vida
Dime, hijo
¿Qué anhelas?
Encontrar la Verdad
Dices la Verdad
Mas especifica, pues existen numerosas verdades en el mundo
Sabio eres, hombre viejo
Al saber utilizar mayúscula y minúscula
En su correcto momento
Pues no busco tu verdad, ni la del prójimo
Escudriño cada rincón, cada esquina
Cada lamento y cada risa
Yo busco mi Verdad
Y nadie ni nada me la podrá enseñar
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