No puedo decir que me siento más sola y vacía que nunca, porque ni se acercaría a la verdad. No puedo ignorar la buena suerte, los buenos amigos, los buenos momentos. Me acompañan como siempre. ¿Puedo quejarme entonces?
Estoy lejos, y me quedan dos meses. Se pasa rápido, claro. Se pasa rápido cuando ya ha pasado. Mientras tanto cada día tengo más miedo. Aguanta. Qué remedio. No voy a volver a casa llorando porque no puedo buscarme la vida. En realidad sí puedo buscarme la vida, perfectamente. Pero hacerlo sola es muy triste, y se le van a una las ganas de continuar. ¿Para qué seguir, si no tengo a nadie aquí? Mi sitio está con los míos. Abajo del todo, pero nunca sola. Y siempre acabo llorando. No puedo pensar las cosas en frío, se estropean. Necesito un abrazo u.u
Traspasando la realidad con un pincel... y mil sueños de papel.
16/6/11
8/6/11
Gomas de borrar
Pronto? Aquí Yuzu desde Milán. Me se oye? :)
Resumiendo un poco:
Aterrizamos el día 28 sobre una gran pizza con champiñones. Nos montamos en un bus directo como una flecha a Milano y llegamos a la estación central. Allí ya vimos lo descuidada que está la ciudad: los edificios más viejos de la ciudad, que seguro que son bonitos, están llenos de roña, las palomas entran por todas partes y los paisanos siempre están de paso, ya que no hay mucho que hacer fuera del trabajo o de casa. Tras dar veinte vueltas con 30 kilos que arrastrar y un dolor de espalda digno de un mártir, conseguimos el preciado mapa de la mazmorra. La brújula aún no la hemos encontrado. Bajamos con esfuerzo por las no-escaleras-mecánicas al metro y comenzamos a explorar...
La primera noche la pasábamos en Zebra Hostel. Pasamos por delante de la puerta sin darnos ni cuenta y estuvimos otra media hora buscándola hasta dar con ella. No se me ocurrió usar el gancho antes u.u Bueno, el sitio era un poco cutre, pero tenía ventajas, como los baños y duchas fuera del dormitorio (de 6), con lo que no molestábamos a nadie, la cocina de inducción que no llegamos a usar, un comedor tranquilo, taquillas y enchufes gratis (con fianza), internete en recepción, wifi, desayuno incluido... Compramos algo para jamar por la tarde, y a la mañana siguiente, de nuevo en las calles con la maleta a rastras.
El wifi iba como el culamen. El frigo lo llenamos un poco bastante en poco tiempo, contando con que íbamos a tener que despejarlo a los pocos días. Nos hicimos con veintemil revistas de pisos para nada. Al final preguntamos a Mirko por el piso del principio, y nos dijo que aún tenía las dos habitaciones disponibles, y que quedábamos el lunes por la tarde para verlo. También empezamos a currar.
Primero nos instalaron las cosicas, nos enganchamos a su red para disponer de todos los archivos necesarios, metieron la clave de internet (aquí va por cable), instalé el photoshop, y nos pusimos a investigar un poco de qué iba el asunto. Luego nos dieron nuestro primer currele (el mío de Manai, ropa para niños). Y así estamos desde entonces. Estoy terminando mi tercera marca, IGI&CO, de zapatos. La otra era Lova, bisutería. El procedimiento es el mismo en todos: abres los templates preestablecidos y sobre ellos montas las imágenes que te han tocado: slide, banner, top, logo y background, en sus diversas formas. Muchas veces toca retocar cuando estás con otra cosa, porque la van a subir ya a la web (de esto se encarga la empresa donde trabaja Valentina, nosotros sólo hacemos diseño gráfico y fotografía) y hay algún fallo o no mola el color, el contraste o su vieja.
El jueves pasado fue fiesta y no curramos. Nos dieron oportunidad de hacer puente, pero el viernes fuimos a trabajar también. El jueves visitamos el Duomo. Tengo algunas fotos del móvil de cuando subimos en ascensor al tejado. Queríamos verlo todo y subir a pata por 8 leros, pero sólo se podía en ascensor a esa hora, y excepto la terraza, el resto estaba cerrado, vaya tongo. La catedral era bien bonita, pero están restaurándola y muchas cosas se veían feas con tanto andamio, sobre todo la torre central.
La zona del Duomo es bastante pija. Con decir que ellí está la tienda de Prada creo que es suficiente. Pero también hay tiendas normales de ropa. Todo depende de la calle en la que estés. Cinturones de plástico de colorines a 60 euracos en una calle, Promod en la de al lado.
Nos sacamos también el canet de metro. Son 10 euros hacerlo. Luego, con la tarjeta de estudiante, solicitamos dos meses de metro, así que ya vamos y venimos con tranquilidad. Bueno, siempre que a Marta no le de por bajarse en Garibaldi en vez de en Porta Genova xDDD El metro es muy muy cutre si lo comparamos con la red de Madrid. Hay pocas líneas (verde, roja y amarilla), y la mitad de Milán se queda incomunicada por esta vía. Pero también hay buses y tranvías. No sabemos como van, no hemos tenido el placer.
Salimos por Porta Genova, que es donde curramos. Hay restaurantes a porrillo, pero allí parece que se paga por buffet y bebida. Son como garitos con barra libre de comida. Algunos son más típicos, como el japonés donde cenamos el otro día (¡¡¡sushi!!! ^___^), o las pequeñas pizzerías que te preparan todo al momento, al horno de leña. Hay una tienda gótica para regocijo de mi compañera oscura y mercadillos, no sé si a diario, con ropa, comida, cosas para mascotas, discos... El primer día lo vimos de antigüedades, arte, bisutería y cosas de adorno en general.
Y ya no sé qué más contar. Seguro que se me olvidan muchas cosas, pero mi memoria no da para más en estos momentos.
Un besito a todos, se os echa de menos en esta ciudad tan triste y tan gris en la que no para de llover u.u Ciao!!!
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